“He llegado a la conclusión de que para disfrutar plenamente
la vida debemos llenarla de contrastes. Y cuanto más extremos sean esos
contrastes, más rica será”.
“Durante mucho tiempo me consideraron el actor ideal para
interpretar a crueles, altivos y sarcásticos nazis”.
“Sobre ese Óscar que me dieron, me sentí agradecido y
halagado, pero aparte de estirar mi ego una talla más de lo razonable esa cosa
no hizo absolutamente nada por mí”.
“Sospecho que hacíamos todos mejor papel como monos subidos
a los árboles, y antes de eso, mejor todavía como sencillos y bonitos peces en
el océano”.
“No soy irreligioso, ni ateo, ni irreverente. No defiendo la
apostasía, ni siquiera soy agnóstico. Simplemente no tengo la menor idea de qué
significado tiene todo esto”.
“Almorcé con Marilyn Monroe un par de veces y encontré que
su conversación era inesperadamente profunda. Mostraba un interés en temas
intelectuales que, cuanto menos, me dejó desconcertado. Quizá debería añadir
que en su presencia no era fácil concentrarse en algo intelectual”.
“Para empezar, es imposible estar enamorado de una mujer sin
experimentar en ocasiones el irresistible deseo de estrangularla. Lo cual puede
conducirte a situaciones desagradables. Las mujeres son muy sensibles con eso
de que las estrangulen”.
“Desde que empecé con esta profesión mía de actor he tenido
siempre un profundo sentimiento de irrealidad. Y la atmósfera de Hollywood no
ha ayudado a disiparlo”.
“Quizá mi curiosa indiferencia al éxito se entenderá mejor si
te digo que la fuerza más poderosa de mi naturaleza ha sido la pereza; y para
practicarla con razonable confort, he llegado al extremo de estar dispuesto a
trabajar… de vez en cuando”.
“Si los seres humanos quieren encontrar alguna clase de paz
deben aprender a convivir unos con otros y cada uno consigo mismo. Esto solo
será posible cuando tengamos conciencia de los motivos y las pulsiones que
determinan nuestro comportamiento. Creo que para los niños adquirir este
conocimiento sobre su propia psicología es más importante que las matemáticas”.
“En pantalla soy usualmente un cínico de modales exquisitos,
cruel con las mujeres e inmune a sus insinuaciones y caprichos. Esa es mi
máscara, y me ha servido bien durante 25 años. Pero en realidad soy un
sentimental, sobre todo en lo que respecta a mí mismo; siempre al borde de las
lágrimas por las emociones más ridículas e invariablemente víctima de la
inhumanidad que despliegan a veces las mujeres con los hombres. Es comprensible
que haya adoptado esta máscara para proteger mi naturaleza ultrasensible. Y por
fortuna no solo me ha protegido sino que me ha dado de comer. Si te cuento todo
esto es para que entiendas que aunque en el cine soy invariablemente un hijo de
perra, en la vida real soy un chico encantador”.
“Los ricos y esa gente que llamáis clase alta sufren todos
del más agudo aburrimiento”.
“Me fastidian los individuos que se sienten embarazados
cuando surge una pausa en la conversación. Para mí, cada pausa en una
conversación es un alivio”.
“Cada refutación al dogma, cada destello de lógica
inteligente, cada reducción al absurdo de alguna postura terminante es un
antídoto”.
“Vive, chico. No dejes escapar nada. No tengas miedo a
nada”.
“Soy un católico reformado y recompuesto. En otras palabras:
soy un budista”.
“No soy una de esas personas que prefieren actuar antes que
comer. Todo lo contrario. Mi deseo de niño era retirarme. Esa ambición nunca ha
cambiado”.
“No hago preguntas. Me limito a coger el dinero que me paga
Hollywood y usarlo en cosas que me interesan”.
“Las mujeres son como las enfermedades infecciosas. Una
recaída es siempre de enorme gravedad. Mi boda con la enloquecida bruja de Zsa
Zsa fue un craso error. Me avergüenza decirlo, porque no se debe golpear a las
mujeres, pero yo sí lo hice. En defensa propia, claro está...”.
"Querido mundo: me marcho. He vivido demasiado tiempo,
prolongarlo sería un aburrimiento. Os dejo con vuestras preocupaciones en esta
dulce cloaca. Buena suerte". —George Sanders, Catelldefels, 25 de abril de
1972.
“George fue para mí un hermano, un hijo, un amante, incluso
un abuelo. Era irritante y encantador. Inteligente y educado. Un canalla y un
caballero. Un hombre que sabía cómo tratar a las mujeres, y cómo torturarlas.
Un príncipe desdeñoso, indiferente, remoto y elegantemente despectivo” (Zsa Zsa
Gabor, ex mujer de Sanders)
2 comentarios:
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Maravilloso, Swordfish Trombones.
Siempre tu fan.
:-)
¡Querido Sap! Qué alegría. ¡Qué buenos recuerdos! :) Un abrazo muy fuerte
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