“La seta venenosa”: portada del libro
“La Seta Venenosa”: “Así como resulta difícil distinguir, a menudo, una seta venenosa de otra comestible, igual nos cuesta reconocer al Judío como un estafador y un criminal…”
“Cómo reconocer a un judío: “La nariz del judío está curvada. Se asemeja al número seis…”
Cómo se aproximan a nosotros los judíos: “¡Observa a estos sujetos! ¡Sus barbas infestadas de piojos! ¡sus asquerosas y protuberantes orejas!…”
¿Qué es el Talmud?: “En el Talmud está escrito: Sólo el Judío es humano. Los gentiles no tienen que ser llamados humanos, sino animales. Ya que vemos a los gentiles como animales, nos referiremos a ellos como Goyim”
Porqué los judíos se bautizan: “El bautismo no convierte a nadie en gentil…”
Campesinos alemanes expulsados de sus tierras: “Papaíto, cuando yo sea mayor y tenga mi propia granja, ningún judío entrará a mi casa…”
Cómo engañan los vendedores judíos: “Campesinita, hoy tengo algo especial para ti. ¡Mira lo que traigo! Con estas telas podrías vestirte como si fueras una baronesa, una condesa, una reina…”
Lo que les pasó a Hans y a Else con el Hombre Extraño: “Mirad, pequeños, tengo caramelos para vosotros. Pero los dos tenéis que venir conmigo…”
Inge visita a un doctor judío: “Dos ojos criminales brillaron detrás de los cristales de sus gafas, y sus gordos labios colgantes sonrieron…”
Cómo los judíos llevan cabo su famosa obsequiosidad: “Un hombre estaba esperándome en la estación. Al verme se quitó el sombrero y se mostró muy amable. Pero yo, inmediatamente, supe darme cuenta de que se trataba de un judío…”
Cómo dos mujeres fueron engañadas por dos abogados judíos: “Estupendo, colega Morgenthau, qué gran negocio que hemos hecho hoy”. “Un negocio espléndido, colega Silberstain, birlamos todo el dinero de los bolsillos de esas dos goyim y ahora se encuentran en los nuestros”.
Cómo atormentan animales los judíos: “El animal se desplomó en el suelo una vez más, y lentamente expiró. Los judíos, de pie alrededor de él, reían…”
Lo que Cristo dijo sobre los judíos: “Cuando veáis una cruz, recordad el horrible crimen los judíos en el Gólgota…”
El Dios de los judíos es el dinero: “Para obtenerlo, cometen los mayores crínenes. Un judío no descansa hasta que amontona todo su dinero y se sienta encima, como en una montaña, sintiéndose el rey del dinero”
Cómo el obrero Hartmann se convirtió en nacional-socialista: “El judío exclama y se lamenta: ¡Alemania no nos importa! Lo principal es que a nosotros nos vayan bien las cosas…”
¿Existen judíos honrados?: “La gente siempre dice que nosotros los judíos los engañamos, que mentimos y jugamos sucio. Nada más lejos de la realidad. Somos la gente más honrada del mundo”.
Sin resolver la cuestión judía, no existe salvación para la Humanidad: “Julius Streicher, el hombre que combate las fuerzas demoníacas de los judíos”
4 comentarios:
Maravillosa entrada; el libro lo conocía pero apenas había podido ver sus imágenes hasta ahora... Streicher me es particularmente antipático entre toda aquella patulea de canallas y criminales de uniforme... ¡y ya es decir!
El título y el contenido de la entrada le hacen pensar a uno que el tóxico más letal de todos y el que más fácilmente se expande es la palabra.
Un saludo.
A mí también me es especialmente repelente, por lo que tiene de mussoliniano. Detesto a estos personajes sanguíneos. Pero como esperpento no carece de interés. Si creemos a Philip Kerr que dice documentarse a fondo para escribir sus novelitas noir, Streicher llegó a ser el amo feudal-sadomasoquista de Nüremberg, gobernándola mediante el terror y la violencia, no se separaba de su fusta jamás y mostraba especial predilección por agredir y sodomizar a esas mismas jovencitas arias a las que decía querer proteger de los judíos. Un astro-rey en el firmamento lunático de la Alemania nazi, vaya.
Hola Herr Signes XD Durante un segundo sentí ciertos escrúpulos por la entrada, al fin y al cabo en algunas webs siguen considerando a Streicher un mártir. En realidad debió estar dedicada al autor de esas psicodélicas ilustraciones: Philipp Rupprecht, "Fips" para sus amigos, un ex-combatiente de la Gran Guerra que tras su exilio en la distante Argentina -en donde trabajó como cowboy en un rancho- se unió a la causa nazi con entusiasmo. De los diez años de trabajos forzados que le cayeron sólo cumplió unos pocos y vivió tranquilamente hasta 1975, en la muy burguesa Múnich. Interesante vejete debió ser este.
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